Leticia, Amazonas, 25 de junio de 2025. El monitoreo remoto de la biodiversidad en territorios apartados de la Amazonia es una realidad gracias a la implementación de SPARROW (Solar-Powered Acoustic and Remote Recording Observation Watch), un sistema desarrollado por Microsoft que combina sensores inteligentes, energía solar e inteligencia artificial para capturar, transmitir y analizar datos directamente desde la selva.
En un nuevo encuentro técnico en Leticia, investigadores colombianos y peruanos, junto a un equipo de ingenieros de Microsoft, realizaron pruebas de campo con los sensores acústicos, cámaras y paneles solares que serán instalados en áreas estratégicas de la Amazonia. Estos dispositivos registran sonidos, imágenes y variables ambientales que, a través de conectividad satelital, se envían a servidores donde algoritmos de inteligencia artificial procesan la información para identificar especies y detectar amenazas ambientales con mayor rapidez y precisión.
“SPARROW es una apuesta innovadora que mejora la eficiencia del trabajo y conocimiento científico. Gracias a esta tecnología, reducimos los tiempos de análisis de información y optimizamos la labor de los investigadores en zonas como Leticia y San José del Guaviare. Agradecemos a Microsoft por poner esta herramienta al servicio del país. Es un paso clave para fortalecer la conservación de la Amazonia y mejorar el aprovechamiento del tiempo en campo”, afirmó Luz Marina Mantilla Cárdenas, directora general del Instituto SINCHI.
Por su parte, Jaime Barrera, subdirector científico del Instituto SINCHI, destacó que esta tecnología marca un antes y un después en la forma de hacer ciencia en el bioma: “La incorporación de inteligencia artificial en el monitoreo amazónico representa un salto cualitativo en eficiencia y alcance. Redefine la forma en que hacemos ciencia en territorios como la Amazonia. Nos permite avanzar hacia una ciencia más abierta, autónoma y sostenible. Hoy podemos ubicar sensores que transmiten datos vía satélite, los cuales son analizados por algoritmos capaces de identificar especies con rapidez. El experto luego verifica y ratifica esa identificación, integrando la información a nuestras colecciones científicas”.
Explicó, que esta herramienta “amplía nuestras capacidades de conocimiento, en un ecosistema donde cada hectárea perdida puede significar la desaparición de especies desconocidas para la ciencia. Con esta herramienta, quizás podamos llegar en futuro a conocer muchas más especies, enriquecer nuestras colecciones y ofrecer a la sociedad la información necesaria para tomar adecuadas decisiones en conservación y uso sostenible de la Amazonia”, puntualizó.
Además de sus capacidades en tiempo real, SPARROW también facilita el análisis de datos históricos. El Instituto SINCHI dispone de más de dos décadas de registros biológicos y satelitales sobre 40 millones de hectáreas de la Amazonia. Con inteligencia artificial, estos datos podrán ser procesados de forma más ágil, generando conocimiento estratégico para la gestión ambiental, la toma de decisiones y el diseño de políticas públicas.
SPARROW es parte del proyecto regional Guacamaya, IA por la Amazonia, que busca tener impacto en los nueve países de la cuenca amazónica. Su desarrollo demuestra que la ciencia, la tecnología y la cooperación internacional pueden ofrecer soluciones reales frente a los desafíos ambientales del siglo XXI.
Voces de la alianza
Juan Lavista Ferres, vicepresidente corporativo y científico de datos del laboratorio de IA para el Bien en Microsoft: “Ayudamos a investigadores, gobiernos y a organizaciones a facilitarles su trabajo proveyéndoles soluciones con inteligencia Artificial para hacer su trabajo más eficiente. Hoy en día los investigadores tienen que ir a la mitad de la Amazonia colocar cámaras y volver en un mes para cambiar la memoria o cambiar las baterías y eso hace que todo este proceso demore mucho tiempo. Sparrow es como un satélite en la mitad de la Amazonia. Recolecta información, la transmite vía satélite y funciona con energía solar. Esta tecnología está transformando la forma en que entendemos nuestra biodiversidad, permitiendo a científicos y gobiernos actuar con datos oportunos y tomar mejores decisiones. Inclusive funciona para mandar alertas, la tecnología va a cambiar la forma como recolectamos información”.
Pablo Arbeláez, director del Centro de Investigación y Formación en Inteligencia Artificial (CinfonIA) de la Universidad de los Andes: “La inteligencia artificial sólo tiene sentido si llega al territorio y a las comunidades que realmente la necesitan. El punto de partida en la Inteligencia Artificial es por supuesto, los datos. Por eso, es importante el trabajo que estamos haciendo acá en la Amazonia y en particular en colaboración con el Instituto SINCHI. A partir de esos datos, estas técnicas permiten análisis avanzados que nos ayudan a interpretarlos y a resolver los problemas científicos que nos planteamos. Para poder conservar la Amazonia exige apropiarse de estas herramientas y ponerlas al servicio de la ciencia y la gente. La inteligencia artificial, a pesar de todas sus ventajas, es tan solo una herramienta. Realmente la causa de las problemáticas que vivimos en la Amazonia – y en el mundo- somos los seres humanos. Por lo tanto, somos sólo nosotros los que podemos resolver estos problemas. Sin embargo, herramientas como la inteligencia artificial nos ayudan para hacerlo.”.
Juan Sebastián Ulloa, científico e ingeniero del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt: “Quiero ser enfático en algo, la inteligencia artificial no va a salvar la Amazonia, simplemente es un apoyo que podemos tener las personas que trabajamos en conservación para facilitar el trabajo. Los problemas ambientales o de deforestación no es un problema técnico, es un problema social y socioeconómico. Al ciudadano simplemente que sepa y que sea muy claro que no hay una solución milagrosa para los problemas ambientales. Esos son problemas sociales que tenemos que trabajar día a día con antropólogos y sociólogos, con economistas para encontrar alternativas sostenibles en estos territorios”.
Rodolfo Cárdenas, investigador de aplicaciones de HPC e IA para temáticas Amazónicas del Instituto de Investigaciones de la Amazonia Peruana (IIAP): “Aplicar inteligencia artificial al estudio de la Amazonia permite obtener resultados más rápidos, precisos y de menor costo. La IA es una herramienta más, siempre tiene el valor agregado depende de cómo lo usamos y cómo lo apliquemos para poder generar ese cambio. Para poder tomar decisiones es muy importante estar informado, entonces, buenos modelos de inteligencia artificial, entrenados con datos de calidad nos garantizan ese tipo de información. Entonces decisores de políticas conscientes de esa información podrán tomar acciones en el corto plazo”.
Edgar Eduardo Vicuña Miñano, director de la Unidad Funcional de Gestión de la Información del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado: “Compartimos una enorme biodiversidad: somos dos de los países más megadiversos del planeta. Pero a la vez nos da una responsabilidad. Necesitamos cuidar, conservar esta biodiversidad, y para conservar necesitamos justamente desarrollar un conjunto de acciones que nos ayuden a prevenir actividades ilegales que causen la pérdida. Una de las principales acciones para prevenir es el monitoreo. Necesitamos monitorear cómo está la biodiversidad y los servicios ecosistémicos. Entonces el poder hacer el monitoreo implica recursos, implica personal, implica tiempo, costos. Para nosotros el proyecto Guacamaya, que utiliza IA, es una gran oportunidad: nos va a servir para ser más eficientes las acciones de monitoreo y reducir la cantidad de esfuerzo horas hombre, que muchas veces en nuestros países es escaso”.
Acerca del Instituto SINCHI
El Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas Sinchi es una entidad dedicada a la investigación, conservación y desarrollo sostenible de la región amazónica colombiana. Con más de 25 años de experiencia, el Instituto ha liderado proyectos clave para la protección de la biodiversidad y el fortalecimiento de las comunidades locales. A través de un enfoque integral, el Sinchi promueve la ciencia como herramienta esencial para enfrentar los desafíos ambientales globales.
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