ABRIGUE impulsa la transición del Caquetá hacia la producción agroecológica certificada

Por : Instituto SINCHI

Fecha: 12 Septiembre 2025

Florencia, Caquetá, septiembre de 2025. El proyecto ABRIGUE, financiado por la Unión Europea y ejecutado por el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas SINCHI, alcanzó un nuevo hito para la transformación agroecológica en la Amazonia. Durante un encuentro de cinco días en los municipios de San José del Fragua y La Montañita, con más de 22 productores de cacao de las asociaciones ASOACASAN, ASMUCOCA y AHIDROCAV, se entregaron las primeras tres certificaciones agroecológicas bajo el Sistema Participativo de Garantías (SPG).

El (SPG) es un mecanismo comunitario de certificación que válida que los productos agroecológicos se cultivan de manera sostenible. Su base es la confianza, la transparencia y la participación activa: productores, consumidores, organizaciones y técnicos se involucran en el proceso, lo que lo convierte en una construcción colectiva que fortalece a las comunidades y genera vínculos de confianza entre quienes producen y quienes consumen.

El contexto en el que florecen estas iniciativas es desafiante. El Caquetá es uno de los departamentos con mayor deforestación en Colombia: entre 2020 y 2022 perdió más de 100.000 hectáreas de bosque, según cifras del IDEAM. Al mismo tiempo, ha sido uno de los epicentros de la economía cocalera y de los programas de sustitución de cultivos de uso ilícito, donde miles de familias quedaron atrapadas entre la necesidad económica y la violencia armada. Las fincas de Marcos Alirio Marín, Alcides Ramón y la de Jimmy Aldana fueron certificadas gracias a un conjunto de prácticas agroecológicas que reflejan un compromiso integral con la sostenibilidad: protección de fuentes hídricas mediante acueducto ganadero, rotación de potreros, conservación de rondas de bosque nativo, cacao reinjertado cultivado bajo sombra con especies amazónicas, barreras vivas frente a agrotóxicos, diez hectáreas de canangucha cultivada sin agroquímicos, restauración ecológica conectada a un área protegida y uso de abonos naturales como lombricompost y uso de microorganismos eficientes en el proceso de compostaje.

El caso de Aldana es especialmente significativo: antes dedicaba su tierra a cultivos de coca y hoy es ejemplo de transición hacia la agroecología como alternativa de vida, paz y esperanza para la región.

“Nosotros sembrábamos coca porque no había otra salida. Ahora el sistema agroecológico nos da esperanza, nos permite vivir en paz y darle un ejemplo distinto a nuestros hijos” expresa Aldana.

Desde su finca en Caquetá, Marcos Marín insiste en una idea que ha guiado toda su vida: “mi meta es producir limpio”. Esa convicción lo llevó a resistirse a los atajos fáciles y a mantener un rumbo claro en medio de la presión por sembrar cultivos ilícitos. “En 2004 me quisieron obligar a sembrar coca —recuerda—. Yo lo dije públicamente: así me toque irme de la región y perder todo, pero yo no siembro coca”.

“Recibir el sello SPG es un logro, pero también un compromiso: cuidarlo y que otros productores lo obtengan también.” expresa Marín sobre la importancia de la certificación agroecológica.

Para Nathalia Bustamante, investigadora del CIRAD, “lo más importante de este proceso es que el SPG no solo certifica un producto, también certifica el compromiso de una comunidad con la sostenibilidad, la salud del territorio y la confianza entre productores y consumidores”.

En la misma línea, Pablo Tintonell, investigador asociado senior del Centro Francés de Cooperación Internacional en Investigación Agrícola para el Desarrollo (CIRAD), destacó: “Estos espacios permiten que los productores intercambien aprendizajes, se reconozcan como pares y construyan colectivamente caminos hacia una agricultura más justa y resiliente”.

Los productores coincidieron en que este proceso fortaleció los lazos de cooperación y aprendizaje mutuo. “Cuando uno comparte con otros agricultores, se da cuenta de que no está solo, que los problemas se pueden resolver juntos y que la calidad también se construye colectivamente”, señaló María Eugenia Oso, productora de Caquetá.


Acerca del proyecto ABRIGUE

El proyecto ABRIGUE es una apuesta por la transformación agroecológica y la resiliencia climática territorial en Caquetá, Meta y Chocó, liderada por el Instituto SINCHI con el apoyo de la Unión Europea. Cuenta con la alianza de organizaciones como CIRAD, la Universidad Tecnológica del Chocó (UTCH), el Ministerio de Ciencia y Tecnología (Minciencias) y AGROSAVIA, articulando ciencia, innovación, bioeconomía y comunidades para consolidar sistemas productivos sostenibles y agroecológicos.


Acerca del Instituto SINCHI

El Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas SINCHI es una entidad dedicada a la investigación, conservación y desarrollo sostenible de la región amazónica colombiana. Con más de 25 años de experiencia, el Instituto ha liderado proyectos clave para la protección de la biodiversidad y el fortalecimiento de las comunidades locales. A través de un enfoque integral, el SINCHI promueve la ciencia como herramienta esencial para enfrentar los desafíos ambientales globales.

Contacto de prensa:

Sandra Pureza Gómez | Celular:315 340 8459 | Correo: [email protected]

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