Lenguas indígenas de la Amazonia colombiana en alto riesgo

Por : Instituto SINCHI

Fecha: 21 Febrero 2023

21 de febrero de 2023. La alerta de las Naciones Unidas indica que cada dos semanas en el mundo desaparece una lengua y se lleva consigo todo un patrimonio cultural e intelectual. Al menos el 43% de las 6000 lenguas que se calcula que se hablan en el planeta, están en peligro de extinción. Solo unos centenares de lenguas tienen realmente cabida en los sistemas educativos y en el dominio público, y menos de un centenar se utilizan en el campo digital.

Según la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) en Colombia se hablan 70 lenguas: el castellano y 69 lenguas maternas. De ellas 65 son lenguas indígenas, 2 lenguas criollas (palenquero de San Basilio y la de las islas de San Andrés y Providencia – creole), la Romaní o Romaníes del pueblo Room – Gitano y la lengua de señas colombiana.

De este gran abanico de lenguas, la Amazonia colombiana es la región con mayor diversidad lingüística del país en tanto 51 lenguas se agrupan en la región, es decir un 78%, según el artículo: Las lenguas indígenas de Colombia y del Amazonas colombiano: situaciones, perspectivas, disponible en la Revista Colombia Amazónica 9°.

Para Juan Felipe Guhl, coordinador del programa Dinámicas Socioambientales y Culturales del Instituto SINCHI, “una lengua nativa es modo único de expresión del hombre entre su sociedad con el ambiente, con el cosmos, con sus orígenes. Existen palabras únicas en estas lenguas que no tienen traducción al castellano y estas palabras son usadas en los rituales y formas de curación de los chamanes”.



Vaupés por ejemplo, es uno de los departamentos donde más se hablan lenguas nativas porque allí confluyen 23 pueblos étnicos como el Tucano, Tatuyo, Piratapuyo, Tuyuca, Desano, Barazano, Jupda/ Judpa, Wanano, Kubeo, Carapana, Tariano, Bará, Siriano, Pisamira/Yurutí, Curripaco, Macuna, Taiwano/Eduria, Tanimuca;Cabiyari, Pisamira, Juhup/Yuju, kakua y Hupdës.

Edimilsa Lima, indígena de la etnia tuyuca de la Comunidad La Libertad en Mitú, Vaupés, cuenta que sus hijos mayores no hablan tuyuca pero trabaja intensamente para que su hija Emillie Michelt de dos años logre comunicarse en esta lengua indígena, “aquí donde vivo nosotros somos pluriétnicos y es difícil enseñar y aprender todas las lenguas, pero yo creo que debería haber una escuela de formación etnocultural donde los niños accedan y puedan aprender sobre cualquier lengua”.


Edimilsa Lima, indígena de la etnia tuyuca.  Foto: Yulieth Mora – Instituto SINCHI.


Según la ONIC la lengua tuyuca hace parte de la familia lingüística tukano-oriental, a la cual pertenecen más de una decena de lenguas habladas en el Vaupés y en los departamentos que lo rodean. “La población tuyuca que habita territorio colombiano se estima en cerca de 650 personas, de las cuales aproximadamente el 75% habla su lengua ancestral. El 25% restante que no la habla, está conformado por personas que pertenecen a todas las generaciones, y no solo a una. Por otra parte, muchos tuyucas han adquirido otras lenguas de los pueblos con que comparten territorio, debido a las alianzas matrimoniales que establecen con grupos diferentes al propio”.

Se estima que una lengua que tenga entre 2.000, 1.000 y 500 hablantes está en estado de vulnerabilidad y una lengua con menos de 100 hablantes está en situación de alto riesgo. En la Amazonia colombiana la mayoría de lenguas habladas tienen menos de 1.000 hablantes, lo que las convierte en lenguas vulnerables, pero existe un número importante de lenguas que están por debajo de los 500 hablantes.

En Colombia, la celebración del Día de las Lenguas Nativas se estableció a partir de la Ley 1381 de 2010. En dicha Ley se declara el 21 de febrero como la fecha que destaca la importancia de la riqueza lingüística y cultural de la nación. Esta fecha se suma a la celebración del Día Internacional de la Lengua Materna proclamada por la UNESCO en 1999.

“Nosotros estamos celebrando este día, pero con una gran preocupación porque desde el Instituto SINCHI y en conjunto con las comunidades desarrollamos la investigación de Indicadores de Bienestar Humano Indígena y hemos encontrado una gran pérdida en las comunidades amazónicas debido al bilingüismo, a la lengua hegemónica y también como desenlace de las migraciones que se dan a nivel interno de la Amazonia y de la multietnicidad en las comunidades”, afirmó Guhl.

En 2021, junto a las comunidades y con el acompañamiento técnico del Ministerio de Cultura y el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas SINCHI, el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural -CNPC, avaló la postulación de los bailes tradicionales de los pueblos indígenas Uitoto Mɨnɨka, Bora, Okaina, Muinane de La Chorrera, Amazonas como Patrimonio de la Nación. Esta postulación dio vía libre para que la Asociación Zonal Indígena de Cabildos y Autoridades Tradicionales de la Chorrera -Azicatch iniciara su proceso de reconocimiento como patrimonio inmaterial de los colombianos.


La Chorrera, Amazonas. Foto: Yulieth Mora G.- Instituto SINCHI


“Los bailes tradicionales son rituales que sirven para la transmisión de la lengua de los mayores a los menores, donde a través de espacios lúdicos y de trabajo y de comprensión se maneja el medioambiente, el equilibrio de la sociedad y el bienestar de las personas. Nuestro llamado está dirigido a que la etnoeducación se dé con bilingüismo real en las comunidades donde las personas fortalezcan la permanencia de sus lenguas y donde los programas sean acordes a las realidades socioculturales de cada una de las regiones”, afirmó Guhl.

Sobre el Instituto SINCHI

Somos una entidad de investigación científica de alto nivel comprometida con la generación de conocimiento, la innovación y transferencia de tecnología, la difusión y la apropiación social sobre la realidad biológica, cultural ecológica y social de la Amazonia colombiana con el propósito de satisfacer las necesidades y expectativas de los grupos de interés para el desarrollo sostenible y la gestión integral del territorio, para lo cual contamos con talento humano calificado y con una infraestructura de investigación acorde con los desafíos ambientales.