Evaluar el avance: Los procesos para la transformación de prácticas de las cadenas de valor

Por : Instituto SINCHI

Fecha: 30 Octubre 2023

30 de octubre, 2023. Mesetas, Meta. Durante las últimas décadas, términos como la sostenibilidad, la economía circular o la resiliencia, han sido adoptados con mayor interés por las personas que buscan mejorar sus prácticas productivas, de transformación y de consumo. En este avance, el diálogo de saberes, entre los científicos y las comunidades, se ha propuesto como una herramienta fundamental para garantizar la participación de todos los involucrados y atender de forma específica a las particularidades del territorio.

De cara a las constantes alertas por el deterioro del medio ambiente, la inseguridad alimentaria y la falta de alternativas para el mejoramiento de la economía familiar campesina; el equipo técnico del proyecto ABRIGUE y las comunidades del Sur del Meta y Caquetá trabajan de forma horizontal en el co-diseño de estrategias de transición agroecológica y bioeconómica (AEBE) que permitan, a través de unos indicadores acordados, evaluar las posibles rutas que contribuyan al mejoramiento de la calidad de vida de los pobladores, de la salud del suelo y del ingreso verde.

Segunda estación: evaluación de indicadores en agroecología por organización

Diálogo: el encuentro de las posibilidades

Durante el encuentro “Transicionando hacia la agroecología con bases bioeconómicas”, implementado en una primera fase en Mesetas, Meta; las y los jóvenes del departamento fueron punto de encuentro entre las lecciones aprendidas y los futuros alentadores de la economía local.

Para Javier Rojas, docente de inglés y asesor de producción de la cadena de valor láctea, el relevo generacional reposa en el mejoramiento de prácticas, pero, sobre todo, en el trabajo hombro a hombro junto a su padre, un ganadero de vieja data en Vista Hermosa, Meta. Asegura que “es en ese diálogo entre generaciones en donde las personas del territorio y de las JAC, que suelen ser de avanzada edad, pueden hacer una transición de manera segura”, pues allí coinciden la experiencia y la innovación.

En esa misma línea, Javier afirma que “no es posible hablar de futuro si no se asume con propiedad el presente”, una idea que recoge el objetivo de la actividad propuesta por los investigadores durante la validación de indicadores a nivel finca, nivel organizacional y nivel de plataforma de innovación. Esta validación servirá como punto de partida para la creación de un sistema de evaluación con el que, en un principio, se evidenciará cuál es el estado actual de cada nivel y, posteriormente, dará directrices para acordar los planes de acción para el mejoramiento de prácticas.

Espacio de diálogo entre las plataformas de innovación “Bio-Futuro”, “Conservemos” e “Innovadores e innovadoras de Vista Hermosa”

Las tres escalas, establecidas en términos de agroecología, bioeconomía y administrativos, les permitieron a los expertos dar una línea base que orientará a los participantes de las plataformas en los aspectos por fortalecer y potencializar. Además, contribuirá a abordar con exactitud las estrategias por desarrollar a partir de una propuesta metodológica, como la herramienta TAPE, ideal para pensar las transiciones AEBE en colectivo.

Para Jeimmy Cáceres, ingeniera agrónoma e investigadora ABRIGUE, “las personas necesitan este tipo de espacios de intercambio con otras cadenas de valor, otras instituciones y otros actores con quienes quizás no tienen una relación directa por su quehacer, pero que sí pueden ayudarles a gestionar y a pensarse el territorio más allá del sistema de producción visto como un único elemento”.

Adoptar un término: ¿Discursos, acciones o ambos?

Cada escala y su respectiva validación de indicadores, requirió de una discusión entre los participantes. Dudas, experiencias por contar, algún ajuste que sugerir y otros términos completamente nuevos por aprender, les permitieron a los asistentes reconocer la importancia de establecer un flujo de información de doble vía entre los discursos y las acciones.

“Cuando la gente se asocia, piensa sobre todo en términos como la productividad, pero, por ejemplo, hoy mirábamos términos como la “resiliencia” o el “enfoque de género”, dos términos que ahora último han tomado mucha relevancia. Espacios como este nos permite pensar más allá de lo inmediato, en este caso, de qué manera generaremos alternativas para garantizar un pago justo para las mujeres”, destacó el profesor Rojas.

A un año de la implementación del proyecto ABRIGUE en territorio, científicos y actores de las cadenas de valor identificadas en el Sur del Meta, coinciden en la importancia de las plataformas de innovación como un espacio para el aprendizaje, el diálogo y la co-creación.

En aras de entender que la adopción de un término requiere de procesos de capacitación, práctica y evaluación, el proyecto propone estos espacios de conversación como una herramienta para afinar estrategias, reconocer las particularidades socio-ambientales del territorio y atender con habilidades específicas a la realidad de las poblaciones.

En esos términos, el proceso de ideación y adopción de mejores prácticas productivas, de transformación y de consumo, hoy se establece en el Sur del Meta como una oportunidad para co-construir desde la ciencia y los saberes tradicionales. Es así como el proyecto ABRIGUE, en una apuesta por aportar al bienestar de las comunidades y al desarrollo sostenible de los territorios, contribuye con diálogo y tecnologías a la continuación de los esfuerzos de los pobladores por mitigar el cambio climático y su aporte a la contención de la deforestación, a partir de un enfoque territorial, diferencial y de género a través de la implementación de herramientas de caracterización.

Para noviembre se tiene programada la segunda implementación en Caquetá. Allí se convocarán las cuatro plataformas de innovación y, con el cumplimiento de las actividades establecidas, se obtendrá una visión completa de los indicadores que impulsarán estrategias de innovación para la conservación, manejo y aprovechamiento sostenible de la biodiversidad y sus servicios ecosistémicos, como parte fundamental del compromiso por el cuidado del territorio en la construcción de una paz total.